La pastora Carmen Meléndez nace un 26 de Noviembre en el pueblo de Arecibo. Desde muy niña comenzó a cantar junto a sus hermanas Janette y Sandra, comenzando así el Ministerio de las Hermanas Meléndez. Teniendo apenas 14 años, Dios le hace un llamado especial e individual; habiendo soñado siempre con ser una doctora con especialidad en Pediatría, Dios le habla a través de un siervo suyo y le dice: “Has planificado ser una gran doctora y te has puesto tus propias metas en la vida, pero vas a estudiar una carrera de menos años porque te he señalado y escogído y te preparo para que seas una doctora de almas heridas”.
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Pasaron años en que Dios fué preparandole y capacitandole para el reto que pondría en sus manos; le permitió estudiar una carrera más corta haciendo un bachillerato como Técnica de Ingenieria de Instrumentación y estudió también en el Seminario Bíblico para ampliar más sus conocimientos en la palabra del Señor y en el Seminario Asbury de Orlando, FL.
Hay un punto importante que no se puede pasar por alto y es el apoyo de sus pastores en P.R., Rev. William Ojeda y Blanca Fernández, (Iglesia Oasis de Amor y Restauración), quienes vieron un potencial en aquella jovencita tímida, entendiendo que Dios no solo le habia llamado para cantar con sus hermanas, sino que le entregaba herramientas útiles y pondría en sus labios una palabra directa que tocaría la fibra más profunda de todo aquel que la escuchara.
Hoy, luego de varios años de aquella palabra directa y contundente y ante la insistencia de Dios a su llamado, la hermana Carmen le dice que sí a este nuevo reto. Es un sueño que creció en el corazón de Dios y que hoy luego de los años y habiendo esperado en la perfecta voluntad de Dios se consagra como Pastora del Centro Cristiano Casa de Misericordia. Cabe resaltar que sus padres al igual que sus hermanas han sido un apoyo muy importante para esta nueva obra que apenas comienza.
Hay muchas cosas por hacer, muchos retos que enfrentar, muchas vidas que salvar y restaurar y no empece a que ella entiende la seriedad y responsabilidad de esta ardua labor que comienza, le ha dicho al señor “Heme aquí, quiero hacer tu voluntad”. Hoy es el comienzo de muchas batallas, pero también de muchas victorias por alcanzar, porque Dios nos ha llamado a ser “Una iglesia diferente para un mundo en crisis”